Orgasmo masculino, falta de control sexual y técnicas para manejarlo
- efestomail
- Sep 9
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El orgasmo masculino es un proceso fisiológico y psicológico complejo que se divide en cuatro fases principales:
Fase de excitación: aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, acompañado de la erección del pene.
Fase de meseta: continúan elevándose el pulso y la presión, y puede aparecer líquido preeyaculatorio.
Fase de orgasmo o eyaculación: se desarrolla en dos etapas: emisión y expulsión.
Fase de resolución: el cuerpo regresa gradualmente a su estado de reposo.
En general, los hombres tienen cierto control sobre el momento de la eyaculación. Sin embargo, cuando sienten que carecen de este control y ello afecta su vida sexual o la de su pareja, puede tratarse de eyaculación precoz (EP). Esta se define como la eyaculación que ocurre antes de lo deseado, generalmente dentro de los primeros uno a tres minutos tras la penetración vaginal.
La EP puede estar presente desde el inicio de la vida sexual o aparecer más adelante, incluso después de un período de funcionamiento sexual normal. Sus causas exactas no están del todo claras, pero se cree que responden a una combinación de factores biológicos, químicos y emocionales.
La serotonina, una sustancia producida naturalmente por las neuronas, desempeña un papel crucial en la regulación del estado de ánimo, el sueño, el deseo sexual y la eyaculación. Niveles altos de serotonina pueden retrasar el clímax, mientras que niveles bajos favorecen una eyaculación más rápida y aumentan el riesgo de EP.
Problemas como depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima, antecedentes de represión sexual o conflictos de pareja pueden alterar los niveles de serotonina y favorecer la eyaculación precoz. A su vez, la propia EP puede generar estos problemas emocionales, creando un círculo vicioso.
Aunque no existe un medicamento aprobado específicamente para tratar la EP, algunos antidepresivos, junto con la terapia psicológica, pueden ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el control eyaculatorio.
Existen varias técnicas que pueden ayudar a mejorar el control:
Método de parar y seguir: consiste en estimular el pene hasta acercarse a la eyaculación, detener la estimulación hasta que la sensación disminuya y repetir el ciclo antes de permitir la eyaculación. Con práctica, aumenta la conciencia corporal y el control.
Método de compresión: se aplica presión firme en el glande durante algunos segundos justo antes de la eyaculación, hasta que la urgencia desaparezca. Repetir este proceso fortalece el autocontrol.
Ejercicios del suelo pélvico (Kegel): fortalecen los músculos pubocoxígeos, que participan en la eyaculación. Son especialmente efectivos en casos de EP.
En casos de hipersensibilidad del pene, pueden usarse cremas o aerosoles anestésicos tópicos que reducen la sensibilidad y retrasan la eyaculación. Se aplican entre 20 y 30 minutos antes del coito, y deben retirarse 5 a 10 minutos antes para evitar que el adormecimiento se transmita a la pareja.
El uso de preservativos también disminuye la sensibilidad y, si se combinan con anestésicos tópicos, evitan que el efecto llegue a la vagina. Además, ofrecen protección contra infecciones de transmisión sexual (ITS) y embarazos no deseados.




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