Cómo añadir más intimidad a tu vida sexual
- efestomail
- Apr 24
- 3 min read
Muchas veces usamos la palabra “intimidad” como un eufemismo de sexo, pero lo cierto es que hay encuentros sexuales que son tan impersonales como un apretón de manos. Entonces, ¿cómo añadir más intimidad a tu vida sexual, si eso es lo que deseas?

Lo primero es recordar que cuerpo y mente están profundamente conectados, aunque la sociedad insista en separarlos. La intimidad emocional alimenta la intimidad física, y viceversa. Y ? cómo se cultiva la intimidad emocional? . Pues compartiendo lo que se siente, lo que se teme, lo que se sueñaa. Claro, eso parte de que puedas identificar tus emociones y comunicarlas. Pero además de eso, hay acciones concretas que puedes implementar para fortalecer la intimidad sexual.
Pasar tiempo juntos fuera del dormitorio
¿Estás compartiendo tiempo de calidad con tu pareja más allá del sexo? Si casi no interactais fuera de la cama, será difícil construir una verdadera intimidad. La intimidad necesita cercanía emocional y vulnerabilidad. Para fortalecer esa conexión, hay que hacer actividades juntos que resulten placenteras. Desde salir a caminar hasta hacer cerámica o patinar sobre hielo, cualquier experiencia compartida fuera del ámbito sexual puede profundizar el vínculo y sentar bases más fuertes para la intimidad.
Tocarse de manera no sexual
Al igual que pasar tiempo no sexual juntos, el contacto físico sin connotación sexual también fortalece la conexión emocional. Muchas personas sienten lo que se llama “hambre de piel”, es decir, la necesidad básica de contacto físico afectuoso. Abrazarse, tomarse de la mano o acariciarse con suavidad puede marcar una gran diferencia.
Los gestos románticos también suman: notas sorpresa, pequeños regalos o noches de cita bien pensadas son formas concretas de demostrar aprecio y cuidado. Estas acciones fomentan una conexión más profunda y mantienen viva la chispa en la relación.
Atreverse a experimentar
Una recomendación constante es la experimentación. Probar algo nuevo en la cama (o en la mesa, o donde se quiera) implica vulnerabilidad—y eso, en sí mismo, crea intimidad. Ya sea que les guste o no, la exploración conjunta genera complicidad y un sentido de aventura compartida.
Eso sí, el consentimiento es fundamental, sobre todo cuando se trata de novedades. Hablen de sus límites, preferencias y deseos por adelantado. Esa conversación ya es un acto de intimidad en sí misma.
Estar presente
Muchas personas, en medio del sexo, se desconectan mentalmente: piensan en la lista del súper, el trabajo o cualquier otra cosa. Y eso, claro, interrumpe la intimidad. Si tu mente se va, no te castigues. Redirige tu atención al momento. ¿Qué estás sintiendo? ¿Qué emociones emergen?
Si notas que te “desconectas” con frecuencia, tal vez sea momento de hacer una pausa. Podrías estar experimentando disociación, que a veces está relacionada con trauma, estrés o simplemente falta de deseo en ese momento.
Ser consciente del presente también implica enfocarse en el placer mutuo, no solo en alcanzar el orgasmo. Hay que redefinir los objetivos sexuales. El orgasmo es genial, pero el placer sostenido y compartido es lo que realmente fortalece la intimidad.
Compartir la iniciativa
El deseo es parte clave de la intimidad. ¿Todas las personas en la relación se sienten deseadas? Repartir la iniciativa sexual ayuda a que nadie se sienta responsable único del encuentro íntimo, lo que puede generar resentimiento o desconexión. Si no sabes cómo iniciar, está bien. Puedes empezar con caricias prolongadas, un beso apasionado o una mirada cargada de intención.
También puedes acercarte a través de gestos como abrazar, acurrucarse o simplemente decir con palabras lo que deseas. Siempre atentos a las señales de la otra persona y respetando los límites.
Crear un espacio acogedor
Algo tan simple como el entorno puede influir en la intimidad. ¿Tu espacio es cómodo e invitante? Un hogar desordenado o estresante puede dificultar la conexión. A veces, limpiar o cambiar un poco la decoración ayuda más de lo que parece. Y si quieres ir más allá, podrías explorar ideas como crear una “habitación del placer”.
En resumen
Una vida sexual más íntima se construye con comunicación abierta, respeto mutuo y voluntad de explorar juntos. Se trata de comprender las necesidades del otro, crear espacios seguros y promover la vulnerabilidad.




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